
En la medida que una
sociedad actualiza sus modelos de desarrollo con fundamentos aterrizados en
realidades, ciencia e investigación; estos pueden representar éxito y avance.
Es por ello que la tecnología educativa puede reconocerse como factor fundamental,
que garantice calidad, oportunidad, eficiencia y cobertura; pues debe
recordarse que dentro de la tecnología educativa se encuentra la orientación
adecuada para manejar información y es la tecnología la que permite el tránsito
de todo tipo de información.
Ahora bien; si la
tecnología educativa se convierte en política de un país y esta se democratiza
permitiendo igualdad de oportunidades a todos; el desarrollo de un país se
convierte en realidad; pues resulta más caro el atraso que la modernización, ya
que el conocimiento dinamiza todos los aspectos de la humanidad.
La realidad actual,
evidencia que todos los países que cuentan con infraestructura en tecnología
educativa, están a la vanguardia económica, tecnológica, educativa e industrial
y constituye una necesidad fundamental y una obligación social y del estado,
que debe apropiarse por toda persona.
La tecnología educativa no
es una utopía puesto que es en sí misma una realidad y una exigencia en toda
sociedad.

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